El presente artículo tiene como finalidad analizar el carisma vicentino desde una perspectiva bioética. Esta perspectiva se refiere al enfoque ético en el análisis y la resolución de dilemas en el ámbito de la biología, la medicina y las ciencias de la salud. Si bien el término «bioética» no aparece explícitamente en el corpus vicentino, sin embargo, se puede vislumbrar una notable similitud entre ambas realidades: la bioética y el carisma vicentino. Ambas comparten el interés por ofrecer respuestas claras y concretas a los desafíos del mundo actual.
En nuestra opinión, una mirada bioética al carisma vicentino es relevante y actual, ya que puede ayudar a los herederos del legado vicentino a: Tomar decisiones éticas informadas. Comprender y responder a los nuevos desafíos éticos. Promover una cultura de respeto por la vida y la dignidad humana. Conectar con otras personas interesadas en cuestiones éticas.
Una perspectiva bioética es fundamental para una correcta comprensión del carisma vicentino, don concedido por Dios a San Vicente de Paúl para servir a los pobres y necesitados. Este análisis pretende mostrar cómo los vicentinos deben comprender y vivir mejor el carisma vicentino en la actualidad.
El carisma vicentino, como «respuesta a la llamada de Cristo pobre entre los empobrecidos», se centra en la experiencia y enseñanzas de San Vicente de Paúl, quien resaltó la importancia de la oración, la acción y el servicio a los pobres como manifestaciones del amor de Dios.
Todos los temas como la dignidad humana, la justicia social, la paz, el cuidado de los enfermos, los presos y los pobres son valores fundamentales tanto del carisma vicentino como de la bioética. Por ende, un enfoque bioético podría aportar una nueva perspectiva al carisma vicentino.
A decir verdad, no se puede hablar del origen de la bioética sin considerar a Van Rensselaer Potter (1911-2001), investigador y profesor del área de la oncología de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos. Al ginecólogo holandés André Hellegers (1926-1979), especializado en la fisiología del feto y profesor adscrito a la Universidad de Georgetown en Estados Unidos y a Hans Jonas, filósofo alemán. Sus aportes fueron fundamentales para el desarrollo de la bioética tal como la conocemos hoy.
La bioética ya no está limitada solamente a la ética médica como algunos afirmaban, sino que en ella están incluidos los problemas sociales, ambientales y globales de la salud y de las ciencias de la vida[1]. De esta definición, se concluye que la bioética se ocupa de las cuestiones morales que surgen en la práctica clínica, la investigación científica y la formulación de políticas de salud. Abarca una variedad de temas, como: Los principios éticos fundamentales: autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia; Consentimiento informado; Justicia en la distribución de recursos; Investigación ética; Cuestiones al final de la vida y las Tecnologías emergentes.
En realidad, los principios fundamentales y varios temas que abarca la bioética han sido aplicados en el carisma vicentino. De hecho, están presentes en el carisma vicentino. San Vicente en su servicio valoraba y respetaba a cada pobre en su dignidad y en su autonomía (cf. VII, 90). Buscaba siempre el bien de ellos, evitando el daño. Él promovía siempre acciones que beneficiarían a los más necesitados. Como capellán-limosnero en la corte de la reina Margot (1610-1611), se dedicó a repartir la limosna de la reina a los pobres. Su visión sobre la justicia social era clara. Por esta razón, distribuía todo con equidad (cf. II,48). Defendía los “Derechos del Hombre” proclamados por la Revolución Francesa, recogiendo a los niños abandonados (cf. VI,285), ofreciendo sopa popular a los pobres, repartiendo víveres, visitando y ayudando económicamente al hospital de la Caridad (cf. X, 25-26), acogiendo a los refugiados, edificando casas de ancianos, hospicios y creando escuelas.
La compasión y el cuidado son temas centrales del carisma vicentino. Vicente fue un hombre compasivo y sensible por la situación de los más vulnerables de su tiempo. Tenía una atención especial para los enfermos. En su mente y en su vida, los pobres enfermos conservaban siempre prioridad y predilección (cf. X,578).
Teniendo en cuenta el origen del carisma vicentino, muchos vicentinos estarán de acuerdo conmigo al afirmar que este carisma nació en un contexto bioético enfrentado por la pobreza y la indiferencia social que en cierto sentido empeoraba la calidad de la vida de los más pobres y vulnerables. Desde una mirada vicentina, la bioética se hace indispensable, ya que refuerza las acciones vicentinas que liberen y devuelvan la dignidad del ser humano. La bioética además puede ayudar a los vicentinos a tener una mirada provocativa y ética frente a los diferentes problemas de nuestro tiempo. Estamos llamados a leer la realidad de hoy en clave bioética vicentina.
Desde luego, los vicentinos estamos llamados a tener una mirada bioética. Es decir, preocupándonos por el desarrollo de nuestra formación bioética. Nuestra presencia en los hospitales, en las obras sociales, en la educación integral de la persona, en proyectos sobre suicidio, violencia de género, adicciones, etc. exigen una mirada bioética.
Esta reflexión nos invita a unir la mirada bioética y los pilares del carisma vicentino. Una bioética bien comprendida puede realizar una convincente contribución al rostro vicentino en la actualidad. Por lo dicho anteriormente, la integración de la bioética en la vivencia vicentina debe ser una prioridad. Cada miembro de la familia vicentina debería asumir la formación bioética como un compromiso personal y profesional.
En resumen: el carisma vicentino y la bioética pueden complementarse y enriquecerse mutuamente, promoviendo una sociedad más justa y compasiva. Pueden además, complementarse y contribuir a una visión más humana y justa de la atención médica y social. Es una oportunidad para reflexionar sobre cómo los valores vicentinos pueden influir en la ética médica y cómo la bioética puede aportar una perspectiva moral a la misión vicentina.
Por Jean Rolex, CM
[1] REICH, W.T. (1995): Encyclopedia of Bioethics. MacMillan, Nueva York.