Queridísimos,
¡La gracia y la paz de Jesús estén siempre con nosotros!
Con un corazón lleno de gratitud y esperanza, acogemos la elección del nuevo Sucesor de Pedro, el Papa León XIV. En este momento tan significativo para la Iglesia, nos unimos en oración por el Santo Padre, llamado a guiar al Pueblo de Dios con fidelidad, valentía y amor.
En sus primeras palabras dirigidas a la Iglesia y al mundo, el Papa León XIV nos ha recordado con fuerza que “debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera”, e invitó a todos a trabajar “como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros”. Un llamado que toca profundamente el corazón vicenciano, siempre orientado hacia los más pobres y con el deseo de construir puentes de caridad y diálogo.
Como Familia Vicenciana, nos sentimos animados y renovados en nuestro compromiso de caminar con los pobres, anunciar el Evangelio con nuestra vida, y ser una presencia que consuela, acompaña y sirve.
Les invito a rezar intensamente por el Papa León XIV, para que el Espíritu Santo lo ilumine y lo sostenga en su misión como Sucesor de San Pedro. Que, guiado por la luz del Resucitado, pueda conducir a la Iglesia con humildad, sabiduría y compasión.
Con un fraternal abrazo en Cristo,
P. Tomaž Mavrič, C.M.
Superior General de la Congregación de la Misión
y de la Compañía de las Hijas de la Caridad
Presidente del Comité Ejecutivo de la Familia Vicenciana Internacional