La Organización Mundial de la Salud reconoce que el número anual de trasplantes ha aumentado rápidamente, pero admite también que ha habido un incremento significativo en la demanda de trasplantes de células, tejidos y órganos humanos, con la consiguiente escasez de material humano, particularmente de órganos[1]. Esta situación ofrece esperanza a muchos pacientes en lista de espera que requieren un trasplante como única solución para salvar sus vidas, ya que un trasplante es el único método para sustituir un órgano o tejido no funcional en una persona. Sin embargo, la situación también genera gran preocupación en pacientes, familiares y equipos de salud involucrados. ¿Cómo estimular e incrementar la donación de material humano para trasplantes? La lucha por lograr un aumento en la tasa de donaciones es el camino a seguir si verdaderamente se quiere dar esperanza de vida a personas que necesitan un trasplante de órgano.
No obstante, un aumento en la tasa de donaciones no es posible sin una cultura de donación dinámica, que se fundamente en el respeto de la ley natural y la protección de la vida. Esto implica respetar la vida humana desde la concepción hasta su muerte. Sin una cultura que respete el derecho a la vida y promueva los valores fundamentales de cada persona, no puede existir una verdadera cultura de donación. Por tal razón, se puede afirmar que la cultura de donación debe nacer y nutrirse del cuidado de la vida de toda persona. Por supuesto, existe una relación estrecha entre la cultura de donación y el respeto por el cuidado de la vida en general. El éxito en el aumento de la tasa de donaciones dependerá en gran medida de una visión antropológica respetuosa de la persona humana y de su dignidad, visión ya asumida por San Vicente de Paúl en su servicio a los más pobres.
La presencia de una “cultura de donación” arraigada en el carisma vicentino puede contribuir considerablemente a disminuir la demanda y, como consecuencia, a que se realicen menos trasplantes. Llego a esta conclusión porque una cultura de donación bien estructurada y comprendida permite colectar más órganos para trasplantes. Cuantos más órganos haya disponibles, menor será el tiempo de espera para los receptores. Pero ¿qué se entiende por cultura de donación? “Cultura de donación” es una expresión que encierra conocimientos concretos sobre la naturaleza y la práctica de la donación, encaminada al pleno desarrollo de la facultad de donar. En este caso, la cultura de donación se relaciona con la capacidad que alguien tiene para donar o hacer un don a favor de otra persona que lo acepta. Desde esta perspectiva, la cultura de donación se convierte en un modo de vida, un sistema de valores que favorece la disposición de alguien para donar lo que es y lo que tiene como persona. La cultura de donación también se entiende como la capacidad que una persona o una población tiene para aprender a donar, a brindar ayuda a alguien necesitado. En efecto, en este proceso de aprendizaje, la familia adquiere un papel importante.
La cultura de donación es un medio que puede ayudar a muchas personas a alcanzar un conocimiento profundo acerca del proceso de donación. A menudo, la falta de este conocimiento impide que las personas se comprometan a convertirse en donantes. Tal conocimiento puede también ayudar a quienes desconfían de los médicos a disipar sus dudas sobre el trato digno que se ofrece al cadáver. Estar mejor informado sobre la donación de órganos es esencial para este proceso, así como comprender bien el concepto de muerte encefálica, puesto que este determina el proceso de la donación. Por tales motivos, promover la cultura de donación es fortalecer la educación de la gente sobre su importancia y su verdadero sentido para la persona humana y para nuestra sociedad, en la búsqueda de soluciones viables para tantas personas en la lista de espera para el trasplante de un órgano.
Ahora bien, ¿cómo se manifiesta la cultura de donación de órganos en el carisma vicentino? Si bien no existe un estudio científico exclusivo sobre el porcentaje de vicentinos que creen en la donación de órganos, existen testimonios que resaltan que un buen número de ellos, inspirados en San Vicente de Paúl, tienen cierto conocimiento sobre la importancia de la donación de órganos. Esto sugiere que estos vicentinos deberían colaborar más en la labor de fomentar la donación de órganos y tejidos humanos para trasplante y rehabilitación. Asimismo, es necesario elevar el nivel de conciencia vicentina sobre la necesidad de aumentar la participación de toda la Familia Vicentina en este proceso, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad en general. La cultura de donación de órganos se basa en los principios y valores universales propios del carisma vicentino, como el respeto de la dignidad humana, el respeto a sus derechos, y la justicia que nace del profundo respeto a la vida y a la trascendencia.
En la actualidad, existen muchas organizaciones sin fines de lucro que, a través de múltiples actividades educativas sobre la donación de órganos, contribuyen a fortalecer la cultura de donación en el mundo. Estas organizaciones juegan un papel preponderante en salvar vidas, educando a la comunidad mundial sobre la necesidad de ser donantes de órganos y tejidos para trasplantes y motivando al público en general a tomar la decisión de registrarse como donantes. Por supuesto, estas organizaciones han organizado numerosas actividades con el fin de consolidar dicha cultura mediante la formación del personal de la salud en temas de donación de órganos y tejidos, así como a los demás miembros de la población. Todas estas actividades han tenido como objetivo principal crear en el mundo una cultura de donación y fomentar el registro como donante. Ante esta tarea tan noble, ¿la Familia Vicentina no podría también involucrarse?
Ciertamente, creo que la Familia Vicentina puede colaborar de diversas maneras con las organizaciones en esta labor de recuperación de órganos mediante la promoción y la educación, puesto que faltan muchos sectores por sumarse a la movilización para consolidar o fortalecer la cultura de donación. El camino a seguir es la educación de la población para que conozca la verdad sobre la donación de órganos. Esta educación requiere, entre otras cosas, aclarar las dudas existentes en la población sobre la donación de órganos. Son muchas las personas a quienes los mitos y las ideas equivocadas sobre la donación de órganos, córneas y tejidos les impiden registrarse como donantes[2]. Para vencer estos miedos y percepciones equivocadas, la Familia Vicentina puede ayudar mediante campañas masivas de educación sobre la verdad de la donación de órganos.
En estas campañas es necesario explicar claramente que cualquier persona, sin importar su edad o historial médico, puede inscribirse como donante. Es tarea del médico de trasplante seleccionar quién puede y quién no puede donar sus órganos. La edad tampoco es un factor limitante para la donación de órganos; lo más importante en este caso no es la edad, sino la salud y la calidad de los órganos al momento de la muerte. Es crucial explicar, además, que la mayoría de las religiones establecidas no tienen objeciones sobre la donación de órganos. Al contrario, muchas religiones ven en este gesto un acto de amor y de bondad. Otro dato muy importante es informar que, a la hora de distribuir los órganos, la raza, los ingresos y la fama nunca se tienen en cuenta. Los factores que se consideran son siempre: grupo sanguíneo, tiempo de espera, otros datos médicos relevantes, gravedad del receptor y ubicación geográfica.
No dudo que en algún momento podría ocurrir algún abuso al respecto, pero existen leyes y diversos mecanismos legales y médicos que protegen la distribución de órganos donados. Otro aspecto importante a aclarar es explicar a la población que, durante todo el proceso de donación, el cuerpo del donador recibe un tratamiento cuidadoso, respetuoso y digno. Hay familias que se resisten al proceso porque creen que el cuerpo del donante no podrá ser velado en un funeral con ataúd abierto. Otro factor importante a considerar es el económico; es necesario informar que la familia del donante no tiene ningún costo, ya que esto lo subvencionan las organizaciones sin fines de lucro encargadas del proceso. Es fundamental que la población sepa que la ley prohíbe la venta de cualquier órgano, y los infractores pueden ser sancionados con multas y prisión. En resumen, conocer la verdad sobre la donación de órganos es definitivamente un punto esencial en el fortalecimiento de la cultura de donación de órganos en la Familia Vicentina.
Vicentinos, con Vicente de Paúl en el corazón, sean un milagro en la vida de alguien.
P. Jean Rolex, C.M
[1] Organización Mundial de la Salud. (2008). Trasplante de órganos y tejidos humanos. Recuperado de http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/26197/1/B123_5-sp.pdf?ua=1.
[2] Administración de Recursos y Servicios de Salud de EE. UU. (2020). Mitos y realidades sobre la donación de órganos. Recuperado de https://donaciondeorganos.gov/sobre/datos-/mitos-y-realidades-sobre-la-donaci%C3%B3n.html.