Somos misioneros
Llegamos muy lejos,
estamos muy cerca.
Buscamos crecer en santidad, cultivando una profunda amistad entre nosotros y entregándonos con amor al servicio de los pobres. Tejemos una red de caridad que abraza al mundo entero, sin fronteras ni límites para nuestro compromiso. Esto es lo que somos y lo que hacemos. Esta es nuestra identidad.
¿Te sientes llamado a servir?
Tu aventura comienza aquí
FAQ: Respuestas a tus inquietudes
¿Qué tiene de específico la Congregación de la Misión?
La Congregación de la Misión se distingue por su carisma vicentino: evangelizar a los pobres y servirles con amor y respeto, tal como lo hizo San Vicente de Paúl. También en la formación a laicos y sacerdotes.
¿Por dónde empezar?
El primer paso es el acompañamiento espiritual para que te ayuden a discernir lo que ves en tu oración personal. Examinar, en presencia de Dios, tus deseos más profundos y reflexionar sobre ellos. Además, es bueno visitar alguna de nuestras comunidades para experimentar de cerca nuestra vida misionera.
¿Y si me equivoco?
Discernir una vocación es un camino de descubrimiento, no una decisión definitiva desde el inicio. Si sientes que te has equivocado, ese aprendizaje también forma parte de tu crecimiento espiritual. Dios guía incluso en los pasos inciertos.
¿Cómo sé si estoy llamado a la vida misionera?
Los signos incluyen un deseo profundo de servir a los pobres, una vida de oración significativa, y alegría al pensar en vivir en comunidad. Si estos aspectos resuenan contigo, puede ser un llamado. Hablar con un acompañante espiritual te ayudará a clarificarlo.
¿Todos los miembros de la Congregación de la Misión son sacerdotes?
No. La Congregación está formada por sacerdotes y hermanos. Los hermanos no son ministros ordenados, pero comparten plenamente la misión vicentina, la consagración y trabajan en diversas áreas, como educación, administración y acción pastoral.
¿Qué significan los cuatro votos que se hacen?
Los votos son compromisos que fortalecen nuestra vocación:
- Castidad: Amar a todos de manera plena y desinteresada.
- Pobreza: Vivir con sencillez y depender de la providencia de Dios.
- Obediencia: Escuchar y seguir la voluntad de Dios a través de los superiores.
- Estabilidad: Permanecer fiel a la misión de la Congregación durante toda la vida.
¿Es la Congregación una orden religiosa?
No somos una orden religiosa, sino una Sociedad de Vida Apostólica. Esto significa que vivimos en comunidad, hacemos votos privados y nos dedicamos a la misión, pero con una estructura y enfoque específicos.
¿En qué países está presente la Congregación de la Misión?
La Congregación está presente en más de 80 países, llevando el carisma vicentino a diversas culturas y necesidades. Esto incluye trabajo en parroquias, misiones, universidades y proyectos de caridad.
¿Cuál es el proceso para ingresar a la Congregación?
El camino incluye etapas como el discernimiento, la formación inicial (pre-seminario y noviciado), estudios en teología o formación profesional para hermanos, y experiencias de misión. Este proceso puede durar entre 5 y 10 años, dependiendo de cada caso.
¿Qué significa vivir una vocación misionera?
Vivir una vocación misionera significa dedicar tu vida al servicio de los pobres, evangelizar con palabras y acciones, y mantener una relación cercana con Dios en comunidad. Es un camino de amor y entrega total.
¿Qué tipo de apoyo se ofrece durante el discernimiento vocacional?
Contarás con la guía de un director vocacional, oportunidades para retiros y visitas a comunidades, además de espacios para compartir tus dudas y experiencias. No estarás solo en el proceso.
¿Los sacerdotes y hermanos vicentinos usan hábito?
Generalmente usamos un clergyman o ropa sencilla según las costumbres locales. El objetivo es reflejar nuestra vida de entrega, así como cercanía y simplicidad.
¿Cómo saber si estoy llamado a ser sacerdote o hermano?
Reflexiona sobre tus dones y cómo puedes servir mejor a los demás. Los sacerdotes se enfocan en los sacramentos y la predicación, mientras que los hermanos contribuyen desde otras áreas esenciales. Un director vocacional puede ayudarte a discernir.
¿Cómo sé si Dios me está llamando?
Sientes un deseo interior por algo más grande, una atracción hacia el servicio y una paz al imaginar esta vida (compatible también con el vértigo que dan los compromisos vitales). La oración y el consejo de otros te ayudarán a identificar este llamado.
Vidas que cambian vidas:
historias de vocación
Los misioneros
La Congregación de la Misión, fundada por San Vicente de Paúl en 1625, es una comunidad católica romana de sacerdotes y hermanos dedicada a evangelizar a los pobres y a formar al clero y a los laicos. También conocidos como lazaristas, vicentinos, vicencianos o paúles, seguimos el ejemplo de San Vicente, quien entendió que al servir a los pobres, estamos sirviendo a Cristo mismo. Para San Vicente, servir a los pobres no solo transforma a quienes reciben la ayuda, sino que nos transforma a nosotros como seguidores de Jesús.
Además de los sacerdotes, también hay hermanos (religiosos consagrados). Aunque no son sacerdotes con funciones sacramentales, participan plenamente en la misión de Cristo y en los ministerios de la Iglesia, trabajando directamente con los pobres y contribuyendo al avance de la misión de la Congregación. Desde la fundación de la Congregación en 1625, los hermanos han sido esenciales para el funcionamiento de las casas y las obras de caridad que San Vicente puso en marcha, como la Casa de San Lázaro, que fue un modelo de servicio y acción social.
Los misioneros
La Congregación de la Misión, fundada por San Vicente de Paúl en 1625, es una comunidad católica romana de sacerdotes y hermanos dedicada a evangelizar a los pobres y a formar al clero y a los laicos. También conocidos como lazaristas, vicentinos, vicencianos o paúles, seguimos el ejemplo de San Vicente, quien entendió que al servir a los pobres, estamos sirviendo a Cristo mismo. Para San Vicente, servir a los pobres no solo transforma a quienes reciben la ayuda, sino que nos transforma a nosotros como seguidores de Jesús.
Además de los sacerdotes, también hay hermanos (religiosos consagrados). Aunque no son sacerdotes con funciones sacramentales, participan plenamente en la misión de Cristo y en los ministerios de la Iglesia, trabajando directamente con los pobres y contribuyendo al avance de la misión de la Congregación. Desde la fundación de la Congregación en 1625, los hermanos han sido esenciales para el funcionamiento de las casas y las obras de caridad que San Vicente puso en marcha, como la Casa de San Lázaro, que fue un modelo de servicio y acción social.
La misión
Nuestra vocación nos lleva a vivir con sentido de misión, en nuestros propios países o en otros continentes donde todavía no ha llegado el Evangelio o donde es necesario reavivarlo. Además, nos dedicamos a la educación, a la pastoral de la salud, a atender a los presos y a acompañar espiritualmente a diversas comunidades. También promovemos la devoción a la Virgen Milagrosa y trabajamos en colaboración con la Familia Vicenciana para ampliar nuestra misión de servicio a los pobres y necesitados.
¿A quién servimos?
Nuestra misión no solo se basa en el servicio directo a los pobres, sino también en la formación. Acompañamos a clérigos y laicos, ayudándoles a prepararse para participar más plenamente en la evangelización, equipándolos para ser testigos del Evangelio en sus propios contextos.
Estamos presentes en más de 95 países, con 462 comunidades locales y 2.909 miembros comprometidos con la evangelización de los pobres. Nuestras misiones internacionales abarcan zonas de gran necesidad en países como Angola, Bolivia, Papua Nueva Guinea y las Islas Salomón, mientras que nuestras misiones Ad Gentes se extienden a lugares como India, Malawi, Nepal y Sri Lanka, llevando el mensaje de Cristo a regiones donde aún es poco conocido. Además de las misiones populares que realizamos en nuestras propias provincias, acompañando a las comunidades locales.
La misión
Los vicentinos somos pastores, sacerdotes de parroquias, capellanes de universidades, profesores y ministros pastorales. Nuestra misión es predicar, realizar misiones parroquiales y ofrecer formación laical, especialmente en comunidades desatendidas. Nuestro sueño es hacer del mundo un hogar en el que todos alcanzan la plenitud que solo Dios puede dar.
Nuestra vocación nos lleva a vivir con sentido de misión, en nuestros propios países o en otros continentes donde todavía no ha llegado el Evangelio o donde es necesario reavivarlo. Además, nos dedicamos a la educación, a la pastoral de la salud, a atender a los presos y a acompañar espiritualmente a diversas comunidades. También promovemos la devoción a la Virgen Milagrosa y trabajamos en colaboración con la Familia Vicenciana para ampliar nuestra misión de servicio a los pobres y necesitados.
¿A quién servimos?
En la Congregación de la Misión, nuestro llamado es claro: seguir a Cristo evangelizador de los pobres. Nos dedicamos a llevar su mensaje de esperanza, justicia y amor a los más necesitados. Servimos a aquellos que se encuentran en las periferias sociales, económicas y espirituales, buscando siempre ser portadores de la luz del Evangelio en sus vidas.
Nuestra misión no solo se basa en el servicio directo a los pobres, sino también en la formación. Acompañamos a clérigos y laicos, ayudándoles a prepararse para participar más plenamente en la evangelización, equipándolos para ser testigos del Evangelio en sus propios contextos.
Estamos presentes en más de 95 países, con 462 comunidades locales y 2.909 miembros comprometidos con la evangelización de los pobres. Nuestras misiones internacionales abarcan zonas de gran necesidad en países como Angola, Bolivia, Papua Nueva Guinea y las Islas Salomón, mientras que nuestras misiones Ad Gentes se extienden a lugares como India, Malawi, Nepal y Sri Lanka, llevando el mensaje de Cristo a regiones donde aún es poco conocido. Además de las misiones populares que realizamos en nuestras propias provincias, acompañando a las comunidades locales.